Desde su inicio durante los juicios de Nuremberg se ha considerado que la interpretación simultánea debe realizarse dentro de una cabina, sin embargo a lo largo de mi carrera me he encontrado con situaciones y escenarios donde la cabina a veces estorba e inhibe la interacción entre el ponente y los participantes del evento. La experiencia es prácticamente la misma, cada participante recibe un receptor inalámbrico con audífonos para escuchar al intérprete.
En situaciones específicas como cursos de capacitación, seminarios y reuniones de negocios, donde los participantes son pocos y la interacción entre ellos mucha, el no utilizar cabina proporciona una alternativa muy viable por la siguientes razones:
- No requiere el uso de micrófonos ni audio adicional.
- Permite que el intérprete se mueva en el espacio, ayudando a una mejor interacción tanto entre participantes como entre intérprete y ponente.
- Es fácil movilizarse entre recintos en eventos donde hay múltiples salones como por ejemplo un curso de capacitación con un componente en salón de clases y otro en laboratorio.
- También es práctico en convenciones donde los participantes se dividen en grupos pequeños de discusión compuestos de personas que hablan distintos idiomas.
- Situaciones industriales, prácticas, de campo se adaptan perfectamente a este tipo de interpretación simultánea.
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